miércoles, 23 de abril de 2008

El honor es mio

Siento una gran responsabilidad al ser la primera persona en hacer un post, pero también me alegra la idea. Luego de la bienvenida de la delegada del curso es, sinceramente, un honor hacerlo, ya que Paola, la reconocida y experimentada "delegadeishon" (claro está, en estos temas tecnológicos), se ha tomado con bastante seriedad la iniciativa. Bienvenidos todos!.

La imagen que ven arriba pertenece a René Magritt, pintor belga y uno de los más importantes representantes del surrealismo. En particular, este es uno de los cuadros que más me gusta de Magritt, y lo recordé cuando hablábamos de los reflejos la clase pasada. Creo que más allá de una cuestión de gustos, la apreciación de esta pintura se basa en la idea del reflejo, de una realidad expuesta (que se nos enfrenta timidamente) y un cuadro que la retrata desde otro ángulo (quizás no sea la misma realidad).

Es algo que, de alguna manera, pude sentir realizando el ejercicio. Cada vez que tomaba una foto, de un objeto o personas reflejadas en un espejo, el agua o una ventana, sentia que los atrapaba en ese espacio tan limitado. La sensación es más grande cada vez que veo las fotos que tomé, y seguro que muchos lo sienten. No es igual que ver una foto cualquiera, donde las dimensiones de la imagen construyen la porción de realidad; en un reflejo, hay una realidad dentro de otra. Se parece un poco a eso que llamamos "soñar dentro de otro sueño".

Los espejos no solo sirven para mirarse, no solo reflejan nuestra imagen y nuestros gestos, también reflejan nuestro alrededor, donde hay objetos que no podemos ver sin tener una realidad "invertida". De repente en nuestras vidas hay cosas al revés, puestas con esa intención.

Recuerdo que de niño, cada vez que me sentía mal, agarraba el espejo de mi mamá y lo sujetaba de manera que reflejara el techo y el cielo...y así caminaba, esquivando focos y lamparines, flotando por los aires. Saltando sobre las nubes.

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